Una larga noche



Miro el reloj de la sala, no lo podía creer,  apenas  pasaban  las cinco de esa tarde lluviosa. La única luz que se filtraba por las ventanas era la de  los relámpagos
Sera una larga  tarde-noche, pensó.
Golpes y  gritos la alejaron de sus pensamientos. No tuvo tiempo de nada,   la puerta fue derribaba, tres sombras se introdujeron en la casa, las armas brillaban cuando se interrumpía la oscuridad
Dos hombres y una mujer con las caras cubiertas, la inmovilizaron exigiéndole dinero. Sin más,  señalo el lugar donde había guardado lo recibido por la venta de la casa de sus padres. No quería hacer ningún gesto ni movimiento en el que pudiera perder la vida. Sus planes desaparecían en manos de estos delincuentes
Abrieron cajones, el placard, llevándose no solo la plata,  sino también alhajas recuerdo de los niños, la notebook, celulares y todo lo que encontraban de valor. Uno de los hombres dio la orden de retirarse, la mujer iba  última, se detuvo bajo el marco  y sin más le disparó. Dolor y calor por la introducción de las balas, la sangre salía a borbollonees, todo había terminado
La luz del sol la calentaba su cara, ya no llovía, lentamente movió la cabeza para mirar a su alrededor, todo  en orden, estaba sola, salto de la cama, se llegó hasta el cajón y allí están los dólares.
Había sido una larga noche

Gardenia

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